Llevo trabajando en diseño de webs desde el año 1995. Un año con rima, y precisamente por aquello de “la rima”, es por lo que me he dedicado a ser “webero” mis últimos 24 años, aunque profesionalmente, desde el año 2001. Así, que podríamos decir, que este año alcanzo mi mayoría de edad legal en esto del diseño web.

Durante este tiempo, han sido muchas horas de insomnio peleando con códigos y usando distintas herramientas (Photoshop, Dreamweaver, Hype5, Ilustrator, Eclipse, Muse, Pinegrow…), para poder plasmar contenidos e ideas en un lienzo virtual con unas características muy especiales: se trata de un lienzo vivo que no es igual para todos aquellos que lo ven. Esto de la “responsividad” no es algo que surgiera desde que en 2007 el Iphone acercase la web al móvil. Siempre los diseñadores tuvimos que brear con las distintas resoluciones de pantalla. Los dispositivos móviles solo ampliaron aun más la dificultad con la que ya nos manejábamos.

 

Fondo de pantalla 2560×1440 pixels para MAC con las resoluciones más frecuentes de los distintos monitores.

Diseñar una web es un ejercicio de creatividad altamente complejo. Yo lo comparo con el reto de enfrentarse a un lienzo en blanco y ser capaz de vislumbrar cómo rellenarlo para que el resultado final sea una obra de arte.

Cuando se trata de diseñar un espacio web, ya sea este un microsite o un portal corporativo, entran en juego muchos más elementos que hacen que la complejidad de tu tarea aumente; sin embargo, eso es lo que le da a este trabajo un aliciente adicional.

Todo parte de un objetivo, que debes tener muy claro. Qué es lo que pretendes conseguir con tu web. Se trata de dar a conocer un producto o una idea? o lo que pretendes es cambiar actitudes para que aquellos que la visiten compren un producto o servicio?.

Incluso te podrías plantear algo más complicado aun. Imagina que no quieres o no tienes nada que vender. Imagina por un instante que tu objetivo es algo tan quimérico y altruista como … simplemente… Cambiar el mundo!.

Lo primero que necesitas es tener muy claro el contenido de tu mensaje y, aunque evidentemente podrás usar el texto para expresarlo; No solo de texto vive la Web.

Es muy importante que elijas con mucho mimo las imágenes que usarás.

Como suele decirse: “una imagen vale más que mil palabras“; aunque esto sólo es cierto con imágenes muy especiales. Algunas veces, una mala imagen, puede emborronar cientos o miles de palabras.

También podrás contar con vídeos y de esa manera podrías multiplicar el milenario valor de las imágenes; sin embargo debe hacerse con mesura y equilibrio.

Debes mantener un espacio visual atractivo y que al mismo tiempo requiera de una colaboración activa por parte de tu visitante.

Si haces una web que lo de todo absolutamente mascado, tal vez pierdas su atención y su motivación. A veces no es tan sencillo encontrar ese punto de equilibrio. Pero de ello depende el éxito de tu espacio.

La disposición y ubicación de los elementos en la página es fundamental y suele ser un error de principiante hacerlo antes de tiempo. Si estas leyendo este párrafo en una tablet o en una resolución especial, te acabas de saltar la columna central y el error no es tuyo, sino … un error de diseño.

Pero antes de hacer eso, te recomiendo primero pensar en la estructura de tu web. Cuántas páginas necesitas para conseguir tu objetivo inicial y cómo navegarán los usuarios de una página a otra. Una vez hallas llegado a este punto (aunque habrá que revisar más tarde la estructura de nuevo) es cuando te enfrentarás a ese lienzo en blanco para ver cómo colocarás los distintos elementos de cada una de tus páginas.

Fíjate en la imagen del fondo de pantalla 2560×1440. Intenta visualizar cada una de tus páginas en los distintos dispositivos que pueden conectarse a una web. Como ves, la variabilidad es muy grande. Ese es el reto y eso es lo que hace que el diseño de webs sea tan atractivo.

Muchos son los errores que durante estos años he cometido; pero muchos más, los que me han hecho cometer.

Como diseñador, te has de enfrentar a distintos retos, pero el más complicado será siempre… TU CLIENTE.

A veces, se empeñan en que hagas cosas que se pegan con la estética, o la usabilidad; pero aunque no sea del todo cierto, ya sabes lo que dice el consabido “slogan”:

el cliente siempre tiene la razón“… y así debe ser.

Pero tu trabajo consiste en hacerle razonar para que haga lo correcto. No olvides que tú eres el experto en el tema.

Debes encontrar los argumentos para re-dirigir su ataque de creatividad al redil de …”lo funcional”.

Como puedes comprobar, escribir a 4 columnas, unas veces justificando el texto, y otras no… No parece muy adecuado para según que tipo de blog.

Por eso me encanta… el “DISEÑO WEB”

A la derecha de estas líneas encontrarás unos enlaces a antiguas páginas dónde la imagen, la estructura y el diseño son tres pilares que en su conjunto apoyan al texto o contenido para provocar una experiencia global. Que la homepage del microsite de Haití tiemble como en el terremoto real y haga aparecer las ruinas… es un ejemplo.

Tanto el microsite de Haití de 2010, como el del Tifón Haiyan (2013), están desarrollados con Adobe Muse. Una herramienta que ha muerto. Como también ha muerto el tiempo en el que Diseño y Código eran hijos de un mismo padre: “el webero“. Un diseñador web, manejaba código, diseño, estructura, contenido y además analítica; pues una web sin objetivos carece de sentido.

Por último, un enlace a algunas imágenes usadas para una página de cooperación.

El futuro del diseño web, tal y como lo veo al escribir estas líneas (junio de 2019), consistirá en un mundo bipolar donde diseñadores y progamadores, se vean enfrentados entre sí para el interés crematístico de las grandes corporaciones. El modelo renacentista del hombre polifacético no es adecuado para los intereses comerciales del mercado.

La especialización será cada vez más intensa, competitiva y…. (lo peor) con obsolescencia programada. El vértigo con el que crecerá la tecnología hará que la curva de aprendizaje de las nuevas herramientas, cada vez sea más compleja y su tiempo de vida más corto. 

Muchos dicen que la web ha muerto, que es el momento de las redes sociales. Pero personalmente, creo que la web no morirá. Tal vez será mas funcional y menos estética, pero mucho más rápida. Redes y web están condenados a tenerse que entender, así como los diseñadores y los programadores deben encontrar el salón en el que compartir….”unas cañas”.

Julio de 2019.

diseño web

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